Comer al aire libre es algo más que alimentarse. Convierte una necesidad básica en un placer. Sentarse en torno a una mesa de comedor de alta gama bajo un porche o cenador en un jardín inundado por el resplandor de la luna, es la quintaesencia de la vida meditarránea. Contemporáneas, tecnológicas, elegantes: mesas de exterior diseñadas para perdurar.