La vida romana se desarrollaba en torno al patio. Esa pieza era el corazón de la casa, el centro neurálgico de la vida cotidiana. Las casas mediterráneas han heredado dicha característica. Los espacios exteriores son esenciales y lo mismo ocurre con el mobiliario de exterior. Sillas, sillones y sofás de exterior diseñados y manufacturados con inteligencia para resistir a las condiciones climáticas más adversas han contribuido a crear atmósferas elegantes también al aire libre.